1. Inicio
Los Rebeldes
Aquel atardecer acordaron en reunirse delante la puerta del templo para no despertar sospechas. Cada uno debía llegar solo. Cuando estuvieron todos, sumaban treinta y nueve jóvenes.
Rubén se había molido los sesos antes de salir de casa. Decidió salir porque no quería escuchar llegar borracho a su padre.
Pensó, mis “patas” me reciben con abrazos y me dan la bienvenida, además la otra noche me salvaron de una golpiza del grupo de “Las Águilas” cuando ellos me identificaron como miembro de “Los Rebeldes” en la última fiesta por el día del Pisco donde coincidimos las dos pandillas, también escuchan mis opiniones, en mi casa solamente me dan de comer, en cambio, nosotros somos una familia y tenemos poder.
Pero lo que no me gusta es que cada vez necesito dosis mayores de droga para estar pilas y si no tengo para comprarla debo robar.
Finalmente, aquella noche participó en los seis asaltos que la pandilla realizó a los transeúntes de Pista Nueva. Lo que obtuvieron era suficiente para comprarse botellas de ron para todos.
Igual, mañana irá al colegio para que sus padres no le encaren diciendo que no le gusta estudiar, que es un vago sin futuro.
Especialmente su madre le recuerda cada vez que puede que ella se sacrifica todos los días vendiendo comida en el mercado para que él y sus tres hermanos menores tengan lo que ella no pudo recibir de sus padres ni de su esposo. Ella se imaginaba para sí misma, desde muy joven, una vida sin penurias, hubiera querido ser una profesional. Pero, ignoraba que Rubén pertenecía a una pandilla.
PARA DIALOGAR
- ¿Qué es lo que Rubén no encuentra en su casa y sí lo encuentra en la pandilla?
- ¿Por qué crees que Rubén termina haciendo lo mismo que su padre a quien él mismo condena y no quiere ver?
- ¿Realmente, Rubén, está estudiando?
- Ahora vamos a indagar a qué se refiere la empatía en nuestras relaciones con los demás, sobre todo cuáles son los factores que bloquean una comunicación provechosa, cómo podemos causar una reacción negativa sin darnos cuenta. Qué hacer para que los demás se sientan a gusto conmigo y yo me sienta a gusto con ellos.
2. PROCESO
2.1 Texto Bíblico
Lucas 7, 11-15: 11
Sucedió poco después que Jesús fue a una ciudad llamada Naín; y sus discípulos iban con El acompañados por una gran multitud. 12 Y cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, he aquí, sacaban fuera a un muerto, hijo único de su madre, y ella era viuda; y un grupo numeroso de la ciudad estaba con ella. 13 Al verla, el Señor tuvo compasión de ella, y le dijo: No llores. 14 Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y Jesús dijo: ¡Joven, a ti te digo: Levántate! 15 El que había muerto se incorporó y comenzó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre.
- ¿Sabes lo que pasaba con las mujeres que no tenían marido en la cultura de los judíos?
- ¿Alguna vez te has puesto en el lugar del otro y solo entonces has comprendido lo que significa esperar ayuda de alguien?
2.2 Contenidos
En mi casa no me escuchan
La situación por la que está pasando Rubén se repite en muchos jóvenes de los barrios de los conos de Lima y de los barrios de las demás ciudades del país.
A la pobreza en que viven estos jóvenes se suma el hecho de pertenecer a una familia desintegrada, con problemas económicos y raras veces se reúnen para dialogar o para compartir un momento agradable como familia.
En su propia casa son personas anónimas. Cuando los jóvenes esperan ser reconocidos y escuchados, lo que reciben a cambio son maltratos, golpes, gritos de reproche.
Lamentablemente, en el caso de Rubén, no ha aprendido cómo abrir un diálogo con sus padres. Como siempre escucha conversar a sus padres entre gritos, equivocadamente cree que esa es la manera de hacerse escuchar.
En cambio en la pandilla como dice Rubén, “somos una familia”, “respetan mis opiniones”.
Por contradictorio que parezca, éstos jóvenes en la pandilla viven la empatía, sienten que allí valoran sus opiniones, pueden divertirse juntos, sienten simpatía entre ellos, participan de una estructura de poder, se cuentan cosas importantes para ellos, cuando están juntos se sienten protegidos y cómodos, saben que no tienen que ser siempre perfectos.
Sin embargo, esta empatía, es negativa, porque va acompañada de droga, de robo y delincuencia juvenil.
Esa situación habría que revertirla. La forma de revertir este panorama es aprendiendo nuevas estrategias de la comunicación.
Una comunicación asertiva en la que tanto el emisor como el receptor están en un mismo nivel, en el que existe un mensaje y una respuesta valorativa para ambos.
- ¿Te sientes escuchado en tu casa?
- ¿Eres una persona que sabe escuchar?
Expresiones “asesinas” de la comunicación
Dicen los especialistas que, detrás de los gritos en una familia se entremezclan las amenazas, como “si no vas al colegio no te compro las zapatillas que me has pedido”;
Órdenes como “te vas al colegio, no me preguntes por qué, hazlo porque yo lo estoy ordenando”.
Críticas “no haces más que comer y comer, dedícate a hacer tus tareas del colegio para que levantes tus notas”;
Palabras denigrantes “eres un «burro», por qué no buscas en el diccionario lo que no entiendes”.
Interrogatorios “¿Cuánto tiempo vas a emplear para limpiar el baño, por qué todavía no has barrido el corredor? ¿Por qué te has atrasado? ¿Qué te cuesta limpiar mayólicas?”
Consejos no requeridos “si hubieras cuidado tu cuaderno hoy no estarías necesitando uno nuevo”, “¿Por qué no cuidas las cosas que te doy con tanto sacrificio?”
Cuando alguno te grita, se queja, te critica o te ataca, te está diciendo que tú eres el problema.
Entonces, Tú, debes hacerle saber que has oído y entendido lo que está diciendo.
El propósito es diluir la hostilidad y enfrentarse al problema. Lo importante es la forma cómo escuchas las cosas, o cómo dices las cosas, para entablar una buena comunicación.
Los hábitos de comunicación que se han mencionado se pueden emplear en la comunicación, pueden funcionar si el contexto y el tono de voz apoyan lo que se dice.
Existen varios niveles de comunicación, las palabras solamente ocupan un nivel. Es necesario acompañar a las palabras los gestos, un tono de voz adecuado, el otro interpreta permanentemente su relación contigo.
Si el resultado final es que una de las personas no se siente respetado, no se siente valorado, evidentemente, aquella comunicación no está siendo efectiva, no importa cuan buenas hayan sido la intención del otro o de mi mismo.
Tal vez sería provechoso elegir otras palabras, considerarles dignos e iguales a ti, evitar dominarlos.
Hay que respetar los derechos de los demás, sabiendo que mis derechos terminan allá donde empiezan los del otro.
Es valioso respetar las decisiones de los demás, sin menospreciarlas. Cuando uno se siente bloqueado, manipulado o minusvalorado, examinemos la forma en que nos comunicamos.
- ¿Cómo es la comunicación que tienes con tus padres?
- ¿Sabes escuchar a tus padres, a tus compañeros, a toda persona?
Ponerse en los zapatos del otro
Una comunicación provechosa se fundamenta en la empatía, porque es el nexo que permite a dos personas comprender sus sentimientos y motivaciones en forma recíproca.
Eso es lo que hizo Jesús con la viuda de Naín, se puso en el lugar de una mujer desamparada. Comprendió el sufrimiento de aquella madre y regresó a la vida a su hijo.
Tal vez, este acto no hubiera tenido tanta trascendencia, aparte de ser un hecho milagroso, pues, si se revisa la ley judía, una mujer sin marido o sin un hombre a su lado, no era sujeto de herencias, de propiedades o cualquier bien que le procurase el poder vivir dignamente.
Jesús, con ese acto de devolverle la vida al hijo de la viuda, en realidad también le devolvía la carta de ciudadanía, sola estaba condenada a la indigencia.
Este nexo y sinceridad entre dos personas se llama compenetración. Se llama empatía. Se llama cercanía.
Eso es lo que sucede primariamente entre los miembros de una pandilla, ellos se demuestran amabilidad mutuamente, hacen cosas en común, se escuchan unos a otros, se apoyan ante las dificultades, no se menosprecian entre sí, unos se sienten útiles para los otros y se comprenden.
Sin embargo, lo que no está bien en esa relación de empatía, es que están unidos para hacer y hacerse daño, robando y drogándose.
Cuando tenemos una relación difícil hay que ponernos a pensar cómo podemos mejorar esa relación. Cómo podemos sincerar nuestra comunicación y nuestra relación.
Una buena relación no se va a lograr cediendo. Una madre no va a cambiar la conducta del hijo comprándole las mejores zapatillas, porque por efecto boomerang lo que se puede provocar es otorgar demasiado poder al hijo.
Lo que si puede cambiar la conducta de un hijo es acompañarle y escucharle cuando lo está pidiendo, eso significa entrar en sintonía con él, ponerse en sus zapatos, ponerse en su lugar, dejará de sentirse ignorado.
Que el hijo o la persona con quien nos relacionamos se sienta comprendido, escuchado, valorado, respetado y ayudado.
De este modo la persona va a cambiar su modo de actuar contigo, no estará a la defensiva, ni esperando liberarse de ti para hacer otras cosas que para él son relevantes.
- ¿Qué supone ponerse en los zapatos del otro?
3. SALIDA
Actitud
Me propongo ofrecer una comunicación asertiva con las personas, para poder establecer una comunicación productiva y una relación provechosa.
“Si no vives para servir, no sirves para vivir”
San Agustín